A finales de la mañana en la isla, camino dentro de mi pintura entre los bloques de lava de dimensiones variables, desde los más grandes hasta el polvo ínfimo de lava que juega con el viento y el sol de invierno en la playa. Para mi mayor felicidad, me descubro siendo testigo de estos juegos ancestrales de la playa. Una frase de Philippe Jaccottet marca este instante: «No soy yo, es el viento el que me atraviesa». Pero no es solo él, el viento, quien me atraviesa aquí esta mañana. A menos que transporte consigo todo lo que he podido vivir, ver, sentir, amar, detestar. El menor detalle que surge, invisible tras unos segundos y que, sin embargo, transportado por él, el viento, vivirá multiplicado en la superficie del lienzo. No solo en la superficie, sino dentro del lienzo, entre la transparencia y la opacidad de las materias pictóricas que me son propias: cabellos, pelos, cenizas, serrín, polvo...
Al regresar de Lanzarote, muy pronto llegó el período de confinamiento obligatorio.
Este confinamiento casi mágico me ofreció el silencio exterior y la concentración óptima para depositar sobre el lienzo todas las sensaciones filtradas y retenidas de manera natural.
Las viñas, los fuegos, las huellas de los insectos vivos o muertos en la arena, el tiempo detenido de una fusión, de una colada de lava hasta el mar, los impactos de los bloques petrificados en el paisaje y la lenta reconquista de lo vivo y frágil por encima de las capas mortales están en mí. Las obras de este período se reunieron con sus hermanas gemelas, aquellas realizadas antes del viaje a Lanzarote.
De un mundo microscópico encontrado en la playa al noreste hacia Punta del Palo o hacia Caleta del Monte Blanco, hice, a mi regreso, todo un mundo macroscópico. El menor detalle observado, vivido, digerido se ha encontrado en el lienzo con tantas materias ligeras como el viento pueda llevarse consigo o dejarme para que yo también pueda detenerlas, esas materias volátiles que tanto aprecio, petrificadas por una necesidad pictórica de magnitud inmensa, fijadas para siempre en un lecho de cola por mi única necesidad: Vivir volcán.
Jean-Jacques Dournon
Primavera de 2020
Exposición: del sábado 7 de octubre al 28 de octubre de 2023
Galería Le Coin des Arts – Le Marais
53, rue de Turenne, París III
Tel.: 09 52 29 01 82 – info@lecoindesarts.com
De martes a sábado de 11 h a 13 h y de 14 h a 19 h
imagen: DD n.º 593, Sur la Plage, Lanzarote, acrílico, serrín, cabellos, ceniza sobre lienzo, 136 x 130 cm, 2020 (detalle)
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