Aguatinta, 1967

Edición : 7/75

Editor : XXe siècle, Paris

Impresor : S. Esmeraldo, Paris

Catálogo : [Schneider XXXII]

75.00 cm. x 56.00 cm. | 29.53 in. x 22.05 in. (papel)

60.00 cm. x 44.00 cm. | 23.62 in. x 17.32 in. (imagen)

Firmada a mano por el artista
Certificado de autenticidad
La obra está en muy buen estado

Rojo y azul. Azul y rojo. Estos dos colores eternamente opuestos se han encontrado una y otra vez a lo largo de la historia del arte, cada uno cargado de un mundo de significado. El azul profundo, adornado con toques etéreos, encarna lo celestial. Es un color que invita a soñar, a evadirse, a esa contemplación infinita donde la mente vaga fascinada por la extensión del cielo. Es el símbolo del infinito, del misterio y de la serenidad, un verdadero refugio para el alma.
Frente a él, el rojo es tan intenso y profundo como su homólogo. Es más que un color: es la tierra, la vida y la pasión encarnadas. Su profundidad rivaliza con la del azul, pero donde éste se escapa hacia las alturas, el rojo permanece estable, inquebrantable. Es una fuerza cruda, audaz, que avanza con la solidez de la roca, imponente y majestuosa.
En esta litografía de Poliakoff, estos dos colores no sólo contrastan, sino que dialogan y se responden, creando una armonía de rara intensidad. Rojo y azul se mezclan y complementan, y juntos cuentan una historia. Una historia de dualidad y unidad, de cielo y tierra, de sueño y realidad. La obra se convierte entonces en mucho más que una simple composición; es una invitación a sumergirse en un universo donde la oposición se convierte en complementariedad, donde el color se convierte en lenguaje, en emoción, y donde cada matiz cuenta una historia fascinante.

Ref : LCD5079